La pedagogía tradicional consideraba que la educación y el juego no eran buenos aliados, pero la evolución de la pedagogía en las últimas décadas ha ido reconociendo que el juego es un elemento metodológico importante del aprendizaje ya que el niño aprende jugando.
“Jugar no es estudiar ni trabajar, pero jugando, el niño/a aprende a comprender el mundo social que le rodea” (Ortega, 1990).El juego, por lo tanto, se suma a otros medios pedagógicos como las disciplinas artísticas que sirven para enriquecer la personalidad creadora, emocional, intelectual y social del niño/a.
En este sentido, Aniceto Martín, Jefe de Estudios del CEIP Saint Sulvain d’Anjou, del Proyecto Escuela, destaca que el juego hace que los/as niños/as “trabajen en grupo, aprendan a colaborar se den cuenta de que no todo es competición y, a partir de ahí, de forma cooperativa, aprendan entretanto, sin ser el docente el que tenga que estar mediando siempre en el aprendizaje”.
Por su parte, Nuria Guzmán, psicóloga del Proyecto Ciudad de la Asociación AFIM21 en Almería, señala: “Lo que buscamos en el juego es un desarrollo integral en tres áreas: aspectos cognitivos, aspecto emocional, habilidades de socialización”. “Partimos de la base –añade- de que con lo que no te motivas no aprendes; si buscamos el aprendizaje, tiene que ser en un entorno motivador y el entorno natural del niño es el juego”.
Un ejempo: los juegos de mesa
Los juegos de mesa favorecen el desarrollo cognitivo y las habilidades de los que participan en el juego. No sólo contribuyen al desarrollo del niño, sino que además le ayudan a comprender las reglas y normas, fomentan la concentración y la capacidad de asociación y la agilidad mental.
La capacidad para resolver problemas, las habilidades sociales, el juego en equipo y la autonomía son otros de los beneficios que aporta el juego de mesa a sus participantes.
Los expertos añaden además su capacidad para luchar contra la discriminación infantil: los juegos de mesa ofrecen las mismas oportunidades a todos los jugadores, independientemente de sus habilidades. Y además ayudan a que los niños de más de 5/6 años comprendan y asuman las reglas del juego.
Éstas son algunas de las ventajas que ofrecen los juegos de mesa:
– Desarrollan la creatividad, la imaginación y la espontaneidad.
– Mejoran la autoestima.
– Potencian las habilidades lógico-matemáticas, la lectoescritura e, incluso, la llamada motricidad fina.
– Socializan.
– Estimulan el cerebro y ayudan a mantenerlo activo.
– Desarrollan la afectividad y la capacidad del juego en equipo.
