Mil grullas en nombre de la Paz

Mil grullas en nombre de la Paz

Sadako Sasaki vivía a poco más de un kilómetro del punto en el que impactó la bomba de Hiroshima. A pesar de que salió despedida por la explosión, aparentemente no sufrió daño alguno. En su huída, tanto ella como su madre, estuvieron expuestas a la “lluvia negra” de la radiación y años después, esto haría que Sadako desarrollara leucemia.

Estando ya enferma una compañera de hospital le contó la leyenda japonesa que cuenta que cualquiera que consiga hacer mil grullas de papel recibirá un deseo de una grulla, como la curación de una enfermedad o una vida larga.

La historia cuenta que Sadako no llegó a terminar las mil grullas cuando murió, el 25 de octubre de 1955, a los doce años de edad. Y es por esto que, en su nombre, muchos niños del mundo la recuerdan y confeccionan grullas como símbolo de la Paz y la No Violencia.

Tres años después de la muerte de Sadako, sus compañeros de escuela le dedicaron una estatua con una grulla en su mano, que se conserva en el Parque de la Paz de Hiroshima. En su base está inscrita esta frase: “Éste es nuestro grito, ésta es nuestra plegaria; paz en el mundo”

Cada año, con motivo del Día Mundial de la Paz, llegan miles de grullas de papel procedentes de todos los rincones del mundo.

 

 

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