Según un estudio realizado por la UNESCO publicado a principios de año, el 20% de los alumnos sufren acoso escolar o bulling, ya sea de forma verbal o física.
El desarrollo de la inteligencia emocional, la socialización y el aprendizaje de conductas sociales positivas (ayudar, compartir, cooperar….) han demostrado su eficacia frente al bulling.
Durante décadas, la educación se ha centrado en la adquisición de conocimientos para el desarrollo cognitivo dejando de lado lo social, las habilidades sociales.
Los juegos cooperativos promueven valores como la solidaridad, la tolerancia o el diálogo…Combaten la violencia en las aulas, fomentando la comunicación, la confianza, la capacidad de cooperación grupal y la toma de decisones.
Terry Orlick fue uno de los pioneros en las experiencias con juegos de cooperación en las aulas (Canadá, 1978). Su objetivo: hacer a los niños y niñas más receptivos para compartir recursos humanos y materiales (ideas, capacidades, intereses, sentimientos…).Orlick valoraba cuatro características específicas de los juegos cooperativos: cooperación, aceptación, participación y diversión.
Para Orlick, los juegos cooperativos están vinculados a la libertad en varios ámbitos:
- Libres de competición: se colabora, no se compite.
- Libres para crear: el camino para lograr el objetivo no es único, da lugar al pensamiento divergente.
- Libres de exclusión: todos cuentan.
Los juegos cooperativos son eficaces para introducir a los niños y niñas en conceptos y actitudes relacionados con compartir y cooperar, potenciando la integración grupal de niños que presentan dificultades para la interacción social (por timidez, conductas agresivas, etc.)
Prevenir el bulling desde la escuela
Los centros educativos deben ser espacios en los que se fomenten las relaciones positivas, con la vigilancia adecuada y promoviendo la práctica del juego cooperativo:
- Promoviendo las relaciones basadas en el respeto
- Sensibilizando frente a la violencia y el acoso
- Fomentando el desarrollo de habilidades personales en los/as niños/as y en los/as adolescentes, tales como la empatía, la solidaridad, la asertividad.
- Enseñando a los/as alumnos/as a identificar las situaciones de violencia, a expresar sus emociones y a pedir ayuda si la necesitan.
El juego es una pieza clave en el desarrollo integral del niño, contribuyendo a su desarrollo intelectual, social, psicomotor y emocional. Como recurso educativo, ayuda a captar la atención más allá de la pizarra. De hecho, las dinámicas que incluyen el juego y el trabajo en equipo se han mostrado muy eficaces como recursos educativos.
En este sentido, os recomendamos dos de nuestros juegos:
Criaturas espaciales
Este juego de mesa cooperativo dirigido a niños y niñas de 4 a 6 años, incluye un mensaje muy potente frente al bulling: aunque todas las criaturas son diferentes, únicas y especiales, existen muchas semejanzas que les unen. Los/as jugadores/as tendrásn que encontrarlas a través de diferentes formas de juego (observación, memoria, azar…)
Super Clase
Cuatro formas de juego para niños y niñas de 6 a 12 años. Armabrón-K, “Los Contamínez”. Raz-ichmok, Mach-ichmoky otras bestias quieren destruir el mundo y los/as jugadores/as deberán detenerlos con sus superpoderes. Trabajo en equipo para devolver la paz a nuestro planeta.
