Yo soy de la #GeneraciónIgualdad: Por los derechos de las mujeres”. Este es el eslogan elegido este año para la celebración del Día Internacional de la Mujer.
Desde la ONU destacan que a pesar de algunos progresos, el cambio real ha sido “desesperadamente lento” para la mayoría de las mujeres y niñas en el mundo.
“A día de hoy -aseguran- ningún país puede pretender que ha alcanzado la igualdad de género. Hay una serie de obstáculos que permanecen sin cambios en la legislación y en la cultura. Las mujeres y las niñas siguen siendo infravaloradas; trabajan más, ganan menos y tienen menos opciones; y sufren múltiples formas de violencia en el hogar y en espacios públicos”.
Aún queda mucho por hacer para acabar con la violencia contra la mujer y la educación es un capítulo fundamental para lograrlo.
Desde Naciones Unidas insisten en que el Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de las mujeres de a pie que han jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades”.
Las cifras siguen siendo preocupantes. Según los datos que maneja la ONU existen restricciones legales que impiden a 2.700 millones de mujeres acceder a las mismas opciones laborales que los hombres. Menos del 25% de los parlamentarios eran mujeres en 2019 y una de cada tres mujeres sigue sufriendo violencia de género.
Esta es su llamada: “Hagamos que 2020 sea un año decisivo para las mujeres y las niñas en todo el mundo”.
La importancia de abordar la igualdad de género en las aulas
Niños y niñas nacen libres de prejuicios por lo que abordar la igualdad de género a edades tempranas facilita su desarrollo desde una perspectiva de paridad. Por ello, resulta esencial incluir la perspectiva de género en Educación Infantil y Educación Primaria. Y hay que hacerlo desde una perspectiva de transversalidad, tanto en la escuela como fuera de ella.
La educación en la igualdad de género ha de abarcar tanto los programas educativos en los centros escolares, como el ámbito familiar, el ocio y el entretenimiento (cine, televisión, lectura… y, como no, el juego y los juguetes, que en numerosas ocasiones ayudan a perpetuar roles, y modelos que es necesario revisar y cuestionar).
El juego se ha integrado como una herramienta educativa más en las escuelas. Su capacidad de motivar a los/as alumnos/as es innegable y además les permite desarrollar sus competencias y habilidades sociales para abordar la igualdad de género de forma cercana y participativa.
En el catálogo de Ekilikua contamos con diferentes juegos de mesa cooperativos que tratan de forma específica este tema y que pueden integrarse fácilmente en unidades didácticas para el aula. Podéis ampliar la información en este artículo.
Recientemente hemos reeditado dos de nuestros juegos que abordan la igualdad de género: Las Brujas de Farrabús y Las Niñas de Jacaranda.
